12/15/2015

El mercado de trabajo y el oro


El 23 de octubre publicábamos en la vuelta al gráfico un post sobre si era conveniente incluir oro en nuestras carteras para conseguir una mayor diversificación en el largo plazo. Me gustaría  hacer una reflexión sobre si podríamos obtener alguna ventaja en la actual situación, con la economía norteamericana prácticamente en pleno empleo y como los datos del mercado laboral afectan a los precios del oro.  
No hay ninguna duda que el PIB es probablemente el buque insignia de los indicadores, sin embargo no dice demasiado sobre el mercado de trabajo, un rol que ocupa los informes de empleo. Estos mueven el mercado, como sucedió con los magníficos datos de empleo de octubre, lo que ha elevado las expectativas de subidas de tipos, apreciación del dólar y caída del oro.
En muchos aspectos la situación del mercado laboral es más importante  incluso que el PIB. En primer lugar, el PIB es un indicador retrasado mientras que los indicadores de trabajo son coincidentes o adelantados. En segundo lugar, la situación del empleo es uno de los mandatos explícitos de la Fed junto con la estabilidad de precios. El crecimiento económico es relevante indirectamente, ya que afecta al mercado de trabajo y la tasa de inflación.






Tenemos varios indicadores seguidos por la Fed que nos muestran la salud del mercado laboral. La tasa de desempleo, el empleo no agrícola y las ganancias medias por hora. La tasa de desempleo es seguida muy de cerca desde que la Fed está obligada a la consecución de pleno empleo. Este es considerado un indicador retrasado ya que los trabajadores tienden a estar fuera del mercado una vez que se han producido problemas en la economía.
Los empresarios prefieren reducir horas de trabajo antes que despedir empleados. Por esto, la media de horas trabajadas en el sector manufacturero es un indicador adelantado. Del mismo modo, lo anterior representa una posible señal de tensiones inflacionistas (salarios y coste de empleados más altos  causarán tarde o temprano incremento de precios de consumo). Si el oro sirve para cubrirse contra la inflación, este debería estar positivamente correlacionado con las ganancias medias por hora. Sin embargo, las presiones sobre la inflación deberían incrementar las posibilidades de incrementos de tipos de interés, lo que sería negativo para el mercado del oro.
El último componente y quizás el más importante, es el empleo no agrícola, podríamos decir que es el indicador de referencia (benchmark) para medir las condiciones del mercado laboral. Es un indicador coincidente y por tanto es utilizado para medir si la economía se expande o por el contrario presenta signos de contracción. La Fed considera que un dato positivo del empleo no agrícola incrementa las expectativas de inflación.

Pero: ¿Cuál es realmente la relación entre el mercado de trabajo y el oro?


Como se puede apreciar en el gráfico de arriba, no hay una correlación perfecta entre el ratio de desempleo y el precio del oro, incluso ambas variables se mueven en el mismo sentido durante un largo período de tiempo. En los setenta y la década de 2000, ambas variables se mueven en tendencia alcista, mientras que en los ochenta, noventa y 2010 mostraba tendencia a la baja. Esto no es sorprendente, ya que el precio del oro refleja la confianza en la economía,  por ello estas variables se mueven al unísono.

En el gráfico de arriba, de nuevo, no se aprecia relación en el largo plazo entre el oro y el empleo. Sin embargo, en un estudio de el FMI, llevado a cabo por los economistas Roachi y Rossi señala que las cifras de empleo mueven el precio del oro en el corto plazo.  Normalmente, las buenas noticias para el mercado laboral afectan positivamente el dólar y es negativo para el metal precioso. El precio del oro tiende a caer cuando se producen unos datos de empleo mejor de lo esperado.
La respuesta de los inversores depende de las implicaciones de los tipos a corto plazo, medidos por el tipo del tesoro americano a tres meses que es altamente sensible  a las sorpresas en el dato de empleo no agrícola. Esta situación se ha visto con frecuencia durante todo este año, cuando practicamente cada anuncio de empleo era crucial para tomar la temperatura de la economía americana para una inminente subida de tipos. De este modo, con los datos de empleo tan favorables, el oro se ha visto castigado en más de un 7 % desde comienzos de noviembre a la vista de las buenas perspectivas económicas.

Por tanto, podemos afirmar que no existe una correlación clara entre el precio del oro y los indicadores de empleo en largo plazo. Sin embargo, los inversores en oro usan el corto plazo para aprovechar esas sobrereacciones del mercado a las publicaciones de datos de empleo.

Javier Flórez
@FlorezJav
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