En
la búsqueda de orientar mi cartera en el largo plazo continuo en la búsqueda de
cuales serán las zonas más óptimas para obtener buenos retornos, no me puedo
resistir a mantener a China en mi radar. Y es que a pesar de los desequilibrios
que presenta, basados en mayor medida, en su enorme deuda total que alcanza el
230% sobre PIB y una economía que presenta un evidente exceso de
capacidad productiva.
China se enfrenta a la difícil tarea de lograr un aterrizaje económico lo menos traumático posible, después de décadas de expansión económica espectacular. En la complicada economía mundial de hoy en día, China tiene una ventaja que otros países carecen: tiene marcado un camino claro hacia adelante. Si China lleva a cabo un esfuerzo sostenido e integral para aumentar la productividad, puede hacer frente a sus desafíos de crecimiento, reducir los riesgos de atravesar por crisis financieras, así como puede concluir de forma exitosa su transición hacia una economía de altos ingresos que sea impulsada por el consumo y tenga una gran clase media y acomodada.