Reflexionando
sobre que podría escribir en el post de hoy me vino a la cabeza un libro que
leí hace tiempo y que me ha servido para sentirme realmente bien cuando el
mercado me da la razón. Dirán ustedes que cuando el señor "market"
nos es favorable, siempre nos hace sentir bien pero aún más si cabe
cuando vas un poco más allá y sigues tus propias convicciones, créanme que la
sensación de estrella del rock comienza a planear en nuestras mentes. No caigan en la trampa, es el primer paso para perder hasta la camisa.
Déjenme que
les ponga un ejemplo de la vida cotidiana que me parece muy esclarecedor sobre
la idea que os quiero transmitir.
Un día
cualquiera de trabajo. Hora punta en el metro. Cientos de pasajeros
esperan a que llegue el tren. De forma instintiva, todos se van
acercando a la zona del andén más cercana al acceso. Todos menos uno, que,
para evitar subirse a un vagón abarrotado, decide sortear la multitud y
situarse en el otro extremo del andén. ¿Su elección representa un riesgo o una
oportunidad?
El
metro llega a la estación. El pasajero que tomó una opción distinta de la de
los demás consigue entrar en un vagón casi vacío y realizar el trayecto leyendo
su e-book cómodamente sentado.
Este
pasajero, al actuar de forma diferente al resto y no dejarse influenciar por
las percepciones del consenso, obtuvo un resultado excepcional. Sin embargo, lo
más importante no es saber si su decisión resultó acertada o no, sino cómo
llegó a esa conclusión.
Conseguir resultados por encima de la media conlleva aplicar un pensamiento de segundo nivel, esto es, una forma de pensar diferente de las demás, más compleja e intuitiva. Para conseguir esos resultados es preciso tener un factor diferencial en la información que se maneja, en el análisis que se realiza, o en ambos, y hay que estar alerta para encontrar momentos en los que haya diferencias en las percepciones del mercado. Como el pasajero del metro, que aplicó el pensamiento de segundo nivel rechazando la alternativa de viajar incómodo y creó la oportunidad de disfrutar de un viaje más comodo.
Conseguir resultados por encima de la media conlleva aplicar un pensamiento de segundo nivel, esto es, una forma de pensar diferente de las demás, más compleja e intuitiva. Para conseguir esos resultados es preciso tener un factor diferencial en la información que se maneja, en el análisis que se realiza, o en ambos, y hay que estar alerta para encontrar momentos en los que haya diferencias en las percepciones del mercado. Como el pasajero del metro, que aplicó el pensamiento de segundo nivel rechazando la alternativa de viajar incómodo y creó la oportunidad de disfrutar de un viaje más comodo.
El libro del
que os estoy hablando es " The most important Thing", de fácil
la traducción para los poco dados al idioma de Shakespeare. Su autor es un
auténtico crack de la inversión llamado Howard Marks, fundador de una de las compañías de inversión más exitosas del mundo, Oaktree Capital managements con más de 80 mil millones bajo gestión. Su especialidad es la deuda distressed en la que su protagonismo se ha incrementado desde la quiebra de Lehman en 2008.
Aquí ya nos
metemos en harina. En el primer capítulo del libro cuenta de que manera la
mayoría de personas dejan pasar valiosas oportunidades de inversión por el
simple hecho de seguir a la mayoría. Recuerdan el ejemplo del metro.
Pero vamos, incluso al mejor inversor no le puede ir bien siempre. La razón
es sencilla. Las reglas establecidas no siempre funcionan. Es un medio que no
es controlable y raramente las mismas circunstancias se repiten de nuevo. En
conclusión, en nuestra vida nadie sabrá para donde irá la bolsa, si
sube, si baja o si da vueltas.
La inversión se asemeja más a un arte que a una ciencia. De hecho, una de
las cosas que más hace énfasis Marks es hacia un enfoque intuitivo y adaptativo
de la inversión, en lugar de ser algo rígido y mecánico. Por lo tanto, por más
cursos de análisis financiero o contabilidad financiera que recibas, sino
obtienes un pensamiento divergente no vas obtener resultados sobresalientes en
tus inversiones.
Como afirma el fundador de Oaktree si tu deseo es convertirte en un inversor
de éxito debes ser una persona altamente perceptiva, es decir, en la inversión
es necesario llevar a tu mente a un segundo
nivel de pensamiento, tener la capacidad de ir más allá de lo evidente o
superficial, elaborar un pensamiento algo más complejo y visualizar un abanico
de posibilidades.
Vamos a ver algunos pensamientos de segundo nivel:
- Pensamiento de Primer-Nivel dice: es una buena compañía vamos a comprarla.
- Pensamiento de Segundo-Nivel dice: es una buena compañía, pero todo el mundo piensa que es una gran compañía y no lo es, además la acción está sobrevalorada y cara; vamos a vender.
- Pensamiento de Primer-Nivel dice: el panorama es adverso, se prevé bajo crecimiento e incremento de la inflación, vamos a deshacernos de todas las acciones.
- Pensamiento de Segundo-Nivel dice: Es verdad, el panorama apesta, pero todo el mundo está vendiendo en pánico, vamos a comprar.
¿Quieres alcanzar resultados superiores?, tienes que mantener puntos de vista sin consenso respecto al valor de un activo, yo diría un valor aproximado que me mantenga dentro de mi apuesta.
Las personas con un segundo-nivel de pensamiento tiene en cuenta preguntas
como:
- ¿Cuál es el rango de resultados posibles en el futuro?
- ¿Qué resultado creo que no va a ocurrir?
- ¿Cuál es la probabilidad de que tenga razón?
- ¿Qué piensa el consenso?
- ¿Por qué mi expectativa difiere del consenso?
- ¿Está la psicología de consenso incorporado en el precio, demasiado alcista o bajista?
- ¿Qué pasará con el precio del activo si el consenso resulta estar en lo correcto, y qué si estoy en lo cierto?
Como ves, Howard Marks no te pinta la vida color rosa ni
tampoco se anda con medias tintas. Tal vez, te puede parecer un panorama algo crudo de algún modo.Pero también hay buenas noticias, cada vez que prevalece el
pensamiento de primer-nivel los retornos disponibles para los pensadores de
segundo-nivel se incrementan. Todos sabemos que en los periodos donde esto se
puede evidenciar son las crisis económicas o coyunturas socio-económicas
pasajeras.
Javier Flórez
@FlorezJav