Los mercados emergentes han liderado el crecimiento de la economía mundial
durante los últimos años. Actualmente podríamos decir que son los patitos feos,
China en desaceleración, Brasil en medio de un estancamiento susceptible de empeorar y Rusia en recesión
lastrada por las sanciones de occidente y la caída del petróleo. En este panorama desolador, destaca de
nuevo un país como India.
En 2022 se cumplirá el 75 aniversario de la independencia de la india
de su colonia británica y nos
proponemos repasar algunas de las claves que a nuestro entender pueden hacer de
la India el principal driver del crecimiento mundial en la próxima década.
Desde 1950 podríamos dividir el crecimiento de la economía China en
tres fases claramente diferenciadas. Los primeros 30 años después de la independencia hasta 1980 con un modelo claramente socialista con un
crecimiento del PIB de entre el 3.5 al 4%. A partir de 1980 hasta 2003 se produce un reordenamiento de la fuerza laboral, desde el sector primario
(agricultura) hacia actividades industriales de elevada productividad. Lo
anterior junto con medidas de apertura
exterior, elevó la tasa de
crecimiento hasta el 5.5%. A partir de aquí, beneficiándose del crecimiento mundial se produjo un notable incremento
de la inversión, lo que ha llevado a
la economía asiática a mantener ritmo de crecimiento medio del 8.5%.
El punto de
inflexión para la economía India ha sido la llegada al poder de Narendra Modi en Mayo del año pasado , con
una victoria por mayoría absoluta al frente del partido de centro izquierda,
BJP ( Bharatiya Janata Party).
A pesar de ser una de las economías con mayor
crecimiento dentro del mercado emergente uno de sus puntos negros ha sido la atracción de capital extranjero. Con datos
del banco mundial entre 2010 y 2013, la inversión extranjera fue de 114
billones de dólares, muy por debajo de países como Singapore, 223 billones de
$, o China con 1,25 trillones de $.
El país de los
mil dioses tiene varios retos que afrontar si quiere aprovechar sus
oportunidades de crecimiento potencial. Mejorar en términos de facilidad al crédito, comercio internacional, propiedad privada, crear instituciones
solventes en la resolución de quiebras empresariales, una menor burocracia en
licencias de construcción y sobretodo generar riqueza para sus ciudadanos ya
que consideramos que tiene un amplio margen de mejora en lo que respecta al PIB
per cápita de su economía.

Las variables económicas
han mejorado sustancialmente, la inflación
se ha reducido a la mitad ( 5,1% a
septiembre de 2015) cuando durante años ha estado en torno al 10%. El déficit por cuenta corriente se ha reducido
significativamente debido a la caída del
precio del petróleo unido a una
desaceleración de las importaciones de oro.
Lo anterior acompañado de un
entorno de caída en el precio de las materias primas ha impulsado todavía más la
economía como importador neto ya que por ejemplo importa el 80% del crudo que
consume. El FMI estima que la economía
terminará el 2015 con un crecimiento del 7,5% superando a China por primera vez
desde 1999.
El primer ministro tiene ante sí un gran reto de poner la máquina india en
marcha. Podríamos citar cinco puntos clave que considero la base del despegue
de la economía India:
Implantar definitivamente un impuesto armonizado al consumo (nuestro
IVA) suprimiendo los estatales. Tiene el reto de consensuarlo con cada uno de
los estados federales.
Aprobar las leyes correspondientes a la adquisición y
expropiación de la tierra para facilitar la construcción de
infraestructuras.
Reforzar la política exterior focalizando sus esfuerzos en la
atracción de inversión extranjera. El plan “Make in India” lanzado en
septiembre de 2014 bajo el lema: “vende en cualquier parte produce aquí”,
deja muy claro el objetivo número uno de Modi.
Profundizar en la liberalización del sector energético, sobretodo
en la minería.
Mejora del sistema financiero reduciendo la banca pública y facilitando
la llegada de grandes entidades extranjeras.
La bolsa India (Sensex) ha experimentado una importante fase de
crecimiento (+67% desde comienzos de 2012). Como hemos citado anteriormente
la industria india ha dado un vuelco desde actividades más tradicionales
como la agricultura y ganadería hacia nichos de mercado de alto valor añadido
como tecnologías de software, energía y sobretodo las tecnologías de la
información
India actualmente ocupa el
cuarto lugar en la creación de start –up
con más de 3100 compañías creadas solamente durante el año pasado, el
segundo país en cuanto a producción de alimentos y una
de las industrias de automoción más importante del planeta,
fabricando la friolera de 22 millones de coches al año.
Su propio mercado de consumo doméstico ha crecido exponencialmente, con
un protagonismo especial del comercio electrónico.
Sin ánimo de hacer una
recomendación, simplemente se trata de un análisis puesto a disposición de
nuestros lectores, consideramos muy atractiva la inversión en India en el largo
plazo.
En el corto plazo se beneficiará
sobremanera del abaratamiento del petróleo
y de una moneda estable, debido a su disciplina tanto monetaria como fiscal
llevada a cabo por su banco central. Poniendo el foco en largo plazo, la creciente clase media, la estructura
demográfica del país (con más de la mitad de la población por debajo de 25
años), la apertura y flexibilización del sector bancario unido a que estamos
hablando de la democracia más poblada del mundo sitúan a la India con unas
perspectivas de crecimiento envidiables.
A pesar del espectacular
rendimiento de gran parte de los vehículos de inversión con
fondos de inversión y ETF con unas
rentabilidades entre el 50/60% durante el 2014, muchos
analistas consideran agotado el movimiento al alza de la economía India.
No tenemos ni idea de lo que sucederá en los mercados en los próximos
meses pero estamos seguros de que India representa uno de los países con mayor
potencial de crecimiento dentro del escenario global y actualmente se encuentra
lejos de alcanzarlo.