11/13/2015

La oportunidad de la India

Los mercados emergentes han liderado el crecimiento de la economía mundial durante los últimos años. Actualmente podríamos decir que son los patitos feos, China en desaceleración, Brasil en medio de un estancamiento susceptible de empeorar y Rusia en recesión lastrada por las sanciones de occidente y la caída del petróleo. En este panorama desolador, destaca de nuevo un país como India.

En 2022 se cumplirá el 75 aniversario de la independencia de la india de su colonia británica  y nos proponemos repasar algunas de las claves que a nuestro entender pueden hacer de la India el principal driver del crecimiento mundial en la próxima década.

Desde 1950 podríamos dividir el crecimiento de la economía China en tres fases claramente diferenciadas. Los primeros 30 años después de la independencia hasta 1980 con un modelo claramente socialista con un crecimiento del PIB de entre el 3.5 al 4%. A partir de 1980 hasta 2003 se produce un reordenamiento de la fuerza laboral, desde el sector primario (agricultura) hacia actividades industriales de elevada productividad. Lo anterior junto con medidas de apertura exterior, elevó la tasa de crecimiento hasta el 5.5%. A partir de aquí, beneficiándose del crecimiento mundial se produjo un notable incremento de la inversión, lo que ha llevado a la economía asiática a mantener ritmo de crecimiento medio del 8.5%.


El punto de inflexión para la economía India ha sido la llegada al poder de Narendra Modi en Mayo del año pasado , con una victoria por mayoría absoluta al frente del partido de centro izquierda, BJP ( Bharatiya Janata Party).

 A pesar de ser una de las economías con mayor crecimiento dentro del mercado emergente uno de sus puntos negros ha sido la atracción de capital extranjero. Con datos del banco mundial entre 2010 y 2013, la inversión extranjera fue de 114 billones de dólares, muy por debajo de países como Singapore, 223 billones de $, o China con 1,25 trillones de $.

El país de los mil dioses tiene varios retos que afrontar si quiere aprovechar sus oportunidades de crecimiento potencial. Mejorar en términos de facilidad al crédito, comercio internacional, propiedad privada, crear instituciones solventes en la resolución de quiebras empresariales, una menor burocracia en licencias de construcción y sobretodo generar riqueza para sus ciudadanos ya que consideramos que tiene un amplio margen de mejora en lo que respecta al PIB per cápita de su economía.


Las variables económicas han mejorado sustancialmente, la inflación se ha reducido a la mitad ( 5,1% a septiembre de 2015) cuando durante años ha estado en torno al 10%. El déficit por cuenta corriente se ha reducido significativamente debido a la caída del precio del petróleo  unido a una desaceleración de las importaciones de oro.

Lo anterior acompañado de un entorno de caída en el precio de las materias primas ha impulsado todavía más la economía como importador neto ya que por ejemplo importa el 80% del crudo que consume. El FMI estima que la economía terminará el 2015 con un crecimiento del 7,5% superando a China por primera vez desde 1999.


El primer ministro tiene ante sí un gran reto de poner la máquina india en marcha. Podríamos citar cinco puntos clave que considero la base del despegue de la economía India:
Implantar definitivamente un impuesto armonizado al consumo (nuestro IVA) suprimiendo los estatales. Tiene el reto de consensuarlo con cada uno de los estados federales.
Aprobar las leyes correspondientes a la adquisición y expropiación de la tierra para facilitar la construcción de infraestructuras.
Reforzar la política exterior focalizando sus esfuerzos en la atracción de inversión extranjera. El plan “Make in India” lanzado en septiembre de 2014 bajo el lema: “vende en cualquier parte produce aquí”, deja muy claro el objetivo número uno de Modi.
Profundizar en la liberalización del sector energético, sobretodo en la minería.
Mejora del sistema financiero reduciendo la banca pública y facilitando la llegada de grandes entidades extranjeras.
La bolsa India (Sensex) ha experimentado una importante fase de crecimiento (+67% desde comienzos de 2012). Como hemos citado anteriormente la industria india ha dado un vuelco desde actividades más tradicionales como la agricultura y ganadería hacia nichos de mercado de alto valor añadido como tecnologías de software, energía y sobretodo las tecnologías de la información

India actualmente ocupa el cuarto lugar en la creación de start –up con más de 3100 compañías creadas solamente durante el año pasado, el segundo país en cuanto a producción de alimentos y una de las industrias de automoción más importante del planeta, fabricando la friolera de 22 millones de coches al año. Su propio mercado de consumo doméstico ha crecido exponencialmente, con un protagonismo especial del comercio electrónico.

Sin ánimo de hacer una recomendación, simplemente se trata de un análisis puesto a disposición de nuestros lectores, consideramos muy atractiva la inversión en India en el largo plazo.

En el corto plazo se beneficiará sobremanera del abaratamiento del petróleo y de una moneda estable, debido a su disciplina tanto monetaria como fiscal llevada a cabo por su banco central. Poniendo el foco en largo plazo, la creciente clase media, la estructura demográfica del país (con más de la mitad de la población por debajo de 25 años), la apertura y flexibilización del sector bancario unido a que estamos hablando de la democracia más poblada del mundo sitúan a la India con unas perspectivas de crecimiento envidiables.

A pesar del espectacular rendimiento de gran parte de los vehículos de inversión con fondos de inversión y ETF con unas rentabilidades entre el 50/60% durante el 2014, muchos analistas consideran agotado el movimiento al alza de la economía India.

No tenemos ni idea de lo que sucederá en los mercados en los próximos meses pero estamos seguros de que India representa uno de los países con mayor potencial de crecimiento dentro del escenario global y actualmente se encuentra lejos de alcanzarlo.





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