8/31/2016

Mayday con la renta fija

Supongo que muchos inversores ya saben que la renta fija no es tan fija y que la situación financiera de la última década ha originado una burbuja en este tipo de activo que tarde o temprano terminará explotando o quizas no. Cuando hablo con la gente y me pide consejos de inversión siguen el mantra de que no quieren riesgo, que eso de la bolsa es muy arriesgado y pueden perder su capital que tanto esfuerzo les ha costado ganar. Todo perfecto, ya saben que debemos de medir la tolerancia al riesgo antes de invertir, es decir, invertir basándonos en nuestro grado de asumir riesgo y cada uno tenemos un nivel diferente.

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8/17/2016

La política cada vez más presente en nuestras carteras


De algún modo los mercados siempre se han visto influenciados por la política, pero en los últimos tiempos más aún si cabe. La lección del Brexit está muy reciente en la mente de los inversores, el riesgo político está aquí para quedarse y debería ser tratado con mucho cariño.
No olvidemos que lo que hace subir las cotizaciones en el largo plazo se debe a los fundamentales y por ponernos un ejemplo, el crecimiento en las economías desarrolladas debería ser algo mejor, ya que los datos del consumo deberían seguir siendo un apoyo.

Las economías emergentes siguen mostrando una tendencia de mejora y la combinación de las mejoras en economías emergentes y desarrolladas es una señal alentadora para los activos financieros correlacionados con el crecimiento.



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8/03/2016

La inflación en Estados Unidos

El Índice de Precios al Consumo (IPC) o Consumer Price Index (CPI) por sus siglas en inglés, es el indicador de referencia utilizado por los principales bancos centrales para medir la estabilidad de precios (inflación) en las grandes áreas económicas del mundo, algunos de los más importantes como el BCE, BoE, o el BoJ, así lo llevan a cabo, pero no sucede así en el caso de la Reserva Federal (FED), que utiliza como principal indicador el Índice de Precios de Gasto del Consumidor (PCE). Este es un aspecto muy importante, ya que existe una tendencia general a analizar y comentar la evolución del IPC de EEUU y a no tener en cuenta el PCE. Es de sobra conocido por todos los que seguimos los mercados, que la autoridad monetaria americana (FED) toma como referencia el PCE para orientar su política monetaria, algo que es de extrema importancia a la hora de orientar nuestra política de inversión.
Si bien ambos índices miden la evolución del conjunto de precios de los bienes y servicios que consumen las familias residentes en Estados Unidos, la realidad nos dice que existen diferencias significativas en la tasa de inflación reportada por ambos índices. Si analizamos las series históricas obtenemos que el IPC tiende a reportar algo más de inflación:
  • La diferencia histórica es de 0,4 puntos porcentuales: desde 1959, cuando empezó a publicarse el PCE, la variación interanual media del IPC ha sido del 3,8% frente al 3,4% del PCE.
  • Si tenemos en cuenta el componente subyacente la variación interanual del IPC ha sido del 3,8% frente al 3,3% del PCE.
  • El diferencial se ha ido ampliando con el paso del tiempo, siendo especialmente relevante en el índice subyacente: en 2016 el diferencial está siendo de 0,6 puntos porcentuales (2,2% IPC subyacente vs 1,6% PCE subyacente).



La cuestión siguiente a responder es obvia, ¿porqué se producen estas variaciones ante un indicador que trata de medir lo mismo?


Cada familia tiene un patrón de consumo diferente. Unos gastan más en vivienda, otros en alimentación, otros en cultura, etc... Con objeto de conocer el gasto medio de las familias en cada grupo de bienes y servicios, para calcular el IPC se realizan unas encuestas a las familias con el fin de determinar las diferentes ponderaciones que se asignan a los diversos grupos de gasto que forman parte del índice de precios (alimentos, vestido y calzado, vivienda, transportes y comunicaciones, medicina y salud, etc.), como sucede por ejemplo en España en la encuesta reaalizada por el INE. Por el contrario, para el cálculo del PCE, las ponderaciones surgen de los datos reales de ventas que proporcionan las empresas.
En el caso del IPC las encuestas a las familias se realizan cada dos años por lo que las ponderaciones de cada grupo de gasto permanecen estables durante ese periodo. Por el contrario, en el PCE las ponderaciones cambian todos los meses al actualizarse en función de los datos reales de consumo. Así, por ejemplo, si el precio de algún producto sube mucho, y la gente decide comprar menos ese producto, este cambio no lo recogerá el IPC hasta que se actualice la encuesta, mientras que el PCE lo recoge desde el momento que se produce un cambio en el hábito de consumo de un determinado producto.
Otro aspecto más técnico que conduce a diferencias es el que se conoce como “cobertura o alcance”. El IPC sólo cubre los gastos en bienes y servicios adquiridos directamente por las familias, excluyéndose los gastos que no son pagados directamente por el consumidor. Por ejemplo, los gastos sanitarios o en medicamentos que son cubiertos por el seguro médico no son recogidos en el IPC, pero sí en el PCE.
El hecho de que las ponderaciones se basen en datos reales y que éstas se adapten en tiempo real a los hábitos de consumo, han determinado que la FED tome el índice PCE como un indicador de inflación más fiable, como podemos ver en el cuadro inferior sobre las principales variables macroeconómicas seguidas de cerca después de una de las actas del FOMC (Federal Open Market Committee). Esto no quiere decir que la autoridad monetaria no analice la evolución del IPC, es un indicador seguido como tantos otros indicadores de precios (precios de producción industrial, encuestas de precios pagados y recibidos en los índices de confianza empresarial y del consumidor..), pero el PCE es el indicador de referencia y al que tienen establecido el objetivo del 2% en el medio plazo (en la actualidad el IPC subyacente está en el 2,3% frente al 1,6% del PCE subyacente).
                                Fuente: FED
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