2/10/2017

¿Nos volvemos al campo?


Una pregunta muy típica para los que nos dedicamos a invertir y del mismo a tratar de hacer apología de lo importante que es la inversión para nuestras finanzas personales en largo plazo es sobre nuestras ideas de inversión. Enseñas tu cartera y te dicen: ¿de dónde has sacado esa mid cap canadiense u otra pequeña empresa francesa? Hay muchas formas de tener ideas y el abanico de empresas es tan grande que en cierto modo me siento abrumado. Puedes encontrar muy buenas oportunidades desde screeners con filtros cuantitativos, informes de analistas, ideas de otros gestores o desde ir caminando por la calle y que se encienda tu bombilla sobre un negocio interesante que posteriormente analizas y lo incluyes en tu cartera, muy del estilo de Peter Lynch.





Si hacemos un ejercicio de mirar un poco más allá y pensamos en tendencias de largo plazo la semana pasada revisando un informe me di cuenta de una gran idea que puede tener un gran potencial, estoy hablando de empresas que gestionan agua y ligadas a la agricultura, probablemente mucho de vosotros ya lo habréis visto mucho antes que yo, pero hay que pararse a estudiar bien el sector para tener razones de peso y considerarlo como inversión de entrar en cartera. El fuerte impulso de la población en las próximas décadas liderado de forma notoria por los países asiáticos y áfrica, el incremento de la esperanza de vida (en los últimos 50 años ha aumentado un 30%) y el sólido crecimiento de la clase media en economías tan pobladas como China e India demandarán un importante reto en términos de recursos agrícolas y abastecimiento de agua.




La FAO estima que el crecimiento de la demanda total de alimentos crecerá de un 50% a un 70% hasta 2050. Esto significa que la humanidad tiene que producir en los próximas cuatro décadas aproximadamente los mismos alimentos que en los últimos diez mil años. Un gran reto que afrontar en el futuro.




Con lo anterior, el sector agrícola, ganadero y del agua necesita de fuertes inversiones en los próximos años. El número global de hectáreas cultivadas por habitante ha caído a la mitad. Esto ha ido acompañado de mejoras continuas en la productividad agrícola que se explican por el avance de fertilizantes químicos, plaguicidas y mejoras en el riego que han contribuido a aumentar la productividad por hectárea.

En ese mismo período, el número global de hectáreas cultivadas por habitante ha caído a la mitad. Esto ha ido acompañado de mejoras continuas en la productividad agrícola que se explican por el avance de fertilizantes químicos, plaguicidas y mejoras en el riego que han contribuido a aumentar la productividad por hectárea.

Hoy en día hay apenas en el mundo un 11% más de tierra cultivable que en 1960. Mientras tanto, la población mundial se ha multiplicado por 2.4 veces. La alta productividad agrícola en los años 70 y 80 ha ayudado a responder al fuerte aumento de la población mundial. En la actualidad, el incremento en rendimiento del cultivo mundial se estima entre 0% y 1% anual.

A pesar del crecimiento exponencial de la demanda, los precios de los alimentos acumulan un descenso anual de 1% desde principios del siglo XX. La excepcional productividad ha evitado el aumento de los precios. Los próximos años serán determinados por el bajo aumento de la productividad, la falta de agua y la falta de tierra cultivable.

Es verdad que a muchos inversores el hecho de la elevada volatilidad a corto plazo de los productos agrícolas  por razones geopolíticas y/o climáticas les ha ahuyentado de este sector, pero no olvidemos que lo importante es la tendencia de fondo. Como en la bolsa lo que importa es la tendencia de los beneficios para ganar dinero a largo plazo. No se me ocurre otro sector que pueda crecer de forma regular año tras año y además contar con restricciones de oferta tan claras en gran medida provocadas por la sostenibilidad del planeta. El simple hecho de que cada día en el mundo hay que alimentar a 200 mil nuevas personas al día empujará las inversiones en este sector que saldrá claramente beneficiado en los próximos años. Muchas podrían ser las temáticas en las que podemos invertir: semillas, fertilizantes, maquinaria agrícola, ganadería, transporte y desalinización de agua,etc…

Como siempre os digo para invertir en un determinado sector hay que estudiarlo y conocerlo a fondo para no llevarnos sorpresas. Desde analizar los diferentes nichos que puede haber en el mismo, la historia, factores que pueden influir en el crecimiento y la rentabilidad del sector, principales empresas en cada mercado, fuerzas competitivas, barreras de entrada,etc.. En este post he intentado exponer algunas razones de peso para considerar la inversión, pero evidentemente el análisis debe ser mucho más exhaustivo. Por último, me gustaría recalcar que con la gran incertidumbre que rodea nuestro entorno tanto desde el punto de vista político como monetario, lo más seguro a largo plazo es invertir en activos tangibles que se muestran como un seguro de preservar nuestro capital a largo plazo.

Javier Flórez

@FlorezJav



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