En el largo plazo, tanto la economía como la Bolsa siguen la misma dirección, y esa es la ascendente. En el
post de hoy me gustaría compartir está reflexión con vosotros a partir de las palabras uno de los grandes de la
inversión, André Kostolany. Uno de los grandes especuladores de las últimas
décadas nacido en Budapest a comienzos del siglo XX y que nos abandonó en París
justo antes de comenzar el siglo XXI concretamente en 1999. Allí comenzó su carrera como
agente de bolsa, pero fue después de la segunda guerra mundial al calor de la
reconstrucción alemana donde fraguó su gran fortuna.
Para entender cómo la Bolsa y la economía llevan la misma dirección, Kostolany pone el ejemplo de un perro (la Bolsa) y su dueño (la economía). En el camino de un perro y su dueño al parque, en ocasiones el perro se adelanta a su dueño para jugar con algo, poco después vuelve con él, y al rato se queda atrás olisqueando algo. En cualquier caso, y aunque el perro y el dueño lleven ritmos diferentes, siguen el mismo camino. Con este ejemplo en mente podemos entender mejor lo que dice André Kostolany en El Arte De Reflexionar Sobre El Dinero. Me parece un símil sublime con la bolsa y el ciclo económico.
Me gustaría volver de nuevo a mi ejemplo del
perro y su dueño. Esto demuestra que la economía y la Bolsa andan en paralelo.
Sin embargo, al igual que ocurre con el perro y su dueño, la economía y la
Bolsa siguen, a largo plazo, la misma dirección. Las cotizaciones de las
acciones no pueden subir constantemente si no crecen también la economía y los
beneficios de las empresas. Una acción de Coca-Cola
o de IBM no habría llegado a ser lo que es hoy si detrás no hubiera motivos
fundamentales. Por lo demás, el perro se adelantaría tanto que llegaría un
momento en que su dueño lo perdería de vista. Quien haya conocido un perro sabe
que, este amigo de cuatro patas, siempre vuelve. Echen un ojo al gráfico de abajo desde 1990 a 2015 en la que relaciona el crecimiento de los beneficios empresariales, el PIB, los ingresos de las familias y el desempeño de la bolsa medido a través del índice Wilshire 5000 (índice de todas las bolsas americanas ponderadas en función de su importancia sobre el total). El algodón no engaña.
Del mismo modo ocurre con la Bolsa. Japón
es un buen ejemplo. Durante dos décadas las cotizaciones se habían alejado de
los datos económicos fundamentales y de los beneficios de las empresas. Aunque
estos últimos habían subido de forma continua, no podían mantener el ritmo de
las cotizaciones de las acciones. En 1990 el perro se dio cuenta de que se
había adelantado demasiado, y en un momento en el que nadie contaba con ello,
se produjo el gran descenso. El índice Nikkei se encuentra hoy un 125% por
debajo de su mu máximo histórico.
La Bolsa, pues, no puede separarse de la
economía durante mucho tiempo. Por este motivo, el especulador debe analizar y
observar con exactitud la situación económica de un país y hoy, en la época de
la globalización, también la mundial. Pero cuidado, lo decisivo no es el
desarrollo del pasado, sino el del futuro. Si la economía se encuentra libre de
trabas para poder crecer, la Bolsa subirá a pesar de las trayectorias de las
cotizaciones a largo plazo. El resultado es que las cotizaciones suben con más
frecuencia de lo que bajan, lo que aumenta enormemente los grandes beneficios
del especulador. Por esta razón, muchos jugadores bursátiles han obtenido
beneficios en los últimos años. Cuando las cotizaciones suben de forma casi
constante, se producen más fases al alza que a la baja, con transacciones a
corto plazo. A pesar de ello, no se debe presumir. Lo único seguro es que
los beneficios de la mayoría de los jugadores son peores
de lo que habrían sido si hubieran mantenido, durante años, los primeros
títulos que compraron.
Resulta curioso ese último comentario pro
Buy&Hold en una persona que se autodenominaba especulador como André
Kostolany. Es cierto que, por la actividad que desarrollaba en sus últimos
años, paso a considerarse inversor en lugar de especulador, pero aún así, puede
sorprender, aunque lo que dice es muy razonable.
Más allá de cómo se denominaba Kostolany a
sí mismo, hay mucho sentido común (y experiencia) en sus palabras. Como suelo
decir, habrá gente que gane haciendo muchas operaciones a corto plazo, pero
también es cierto que la mayoría de las personas que realizan muchas
operaciones (especialmente los que dicen ir a largo, pero terminan yendo a
corto por la sobreestimulación) tienen peores resultados de los que habrían
tenido de no haber hecho nada, es decir, de comprar y mantener.
Por otro lado, Kostolany rebate el típico
argumento de los contrarios a la estrategia Buy&Hold, que no es otro que
Japón. Un especulador como Kostolany explica perfectamente el problema de
Japón, y es que las cotizaciones se alejaron de forma exagerada de las cotizaciones, comprar y
mantener no es comprar y olvidarse, y la mayoría de los inversores B&H tienen
algún conocimiento de análisis. No
puedo decir que yo habría vendido todo en esa situación, pues hay que vivirlo
para demostrarlo, pero no creo que nadie que invirtiera por fundamentales
comprase acciones en un momento en el que las cotizaciones estaban tan por
encima del valor de las empresas.
Por último, creo que es importante
destacar, además de la brillante parábola del perro y su dueño que sigue otro
camino dando vueltas por la calle y parándose en los bancos, la idea de que la Bolsa sigue la misma
dirección que la economía a largo plazo y que ahí, la economía tiende a crecer.
Por tanto, si a largo plazo la economía crece, también lo hará la bolsa.
Esta idea del crecimiento de la economía
me parece importante, además de para aprovecharlo y estar en Bolsa, para
rebatir también a quienes dicen que la Bolsa es un juego de suma cero. Es
evidente que la economía crece, que se producen cosas, que, a largo plazo, el
bienestar mejora. Ante esto, no tiene mucho sentido decir que la Bolsa es un juego de suma cero, pues
la economía crece y las empresas se aprovechan de ello (y colaboran a su
crecimiento). Para que yo gane en bolsa no es necesario que tú pierdas. Y para
que tú ganes no tengo que perder lo yo. Lo bueno de esto, es que todos podemos
ganar y no vamos unos contra otros. Sí, siempre hay alguien que pierde, y
siempre podemos hacer malas operaciones, pero para que alguien gane no es
necesario que alguien pierda.
Javier Flórez
@FlorezJav