Durante las últimas semanas algunos compañeros me
han hablado de incluir fondos de renta fija high yield en nuestras carteras y he comenzado
a hacer un poco de research sobre si sería conveniente o no. A primera vista no
suelo tener demasiada renta fija y más en el entorno actual en el que me parece
un activo bastante peligroso, ya lo explicabámos en este blog
el pasado mes de agosto.
Este
tipo de activos ya plantea riesgos diferentes a los gestionados hasta ahora.
Estamos viendo que la elección de Trump en Estados Unidos se asemeja a una
contrarreforma sobre el desarrollo producido por la economía global durante los
últimos cuarenta años. Todo esto supone una potencial subida de tipos de
interés y ciertas restricciones en los mercados de capitales que si bien no
supone una amenaza directa en el corto plazo, sí que debemos tenerlo en cuenta
en el medio y largo. Del mismo modo, al otro lado del atlántico, cada vez se
hace más evidente el descontento de la población con el resurgimiento de
movimientos populista con el mismo fondo que el señor Trump, es decir, rechazo
total a la globalización.
Lo que podemos decir es que tal vez los últimos 30 años de bajada de rentabilidad de los bonos y de estabilidad de la inflación tal vez puedan verse afectados. Por lo que debemos adaptarnos a la nueva situación.
Hasta
ahora el concepto de inversión en renta fija era comprar un bono y dejarlo ahí hasta el vencimiento
cobrando el cupón, o comprando un fondo ligado a un índice con una duración
determinada. Normalmente a los inversores de este tipo de activos no les
preocupaba eso porque los tipos seguían bajando y los rendimientos de los bonos
siempre estaban en unas rentabilidades atractivas. Además de lo anterior, la inversión estaba más focalizada en un entorno más local.
Sinceramente creo que esta situación ya no es así y por ello debemos evolucionar. Para mí la inversión en este tipo de activos tiene que tener dos características; por un lado, darle un enfoque más global y por el otro ser mucho más flexibles para gestionar todos los vaivenes de la situación actual de los mercados.
Mucha gente se estará preguntando que pasa si tiene que hacer esto con su parte de renta fija que en teoría es la parte más estable de la cartera, ¿me estás diciendo que gestionemos prácticamente igual que la renta variable?. La respuesta desde mi perspectiva es que debemos de seguir con nuestra parte estable en renta fija pero teniendo en cuenta la liquidez de esos títulos y a poder ser de no muy larga duración o una parte de bonos soberanos. Lo más importante puede ser equilibrar la cartera con posiciones defensivas, bonos soberanos y darle un poquito de picante con deuda emergente y high yield.
Si nos parámos a reflexionar sobre los eventos que han tenido mayor influencia sobre los mercados durante los últimos años en mayor medida han sido políticos, por lo que predecir eventos políticos en base a predicciones económicas y hacerlo bien se antoja bastante complicado.
Tiene mucho más sentido poder gestionar la renta fija considerando posibles escenarios a largo plazo sobre temas más estructurales como puede ser la crisis europea, la transición china o las políticas monetarias japonesas (Abenomics). Volviendo al exhaustivo control del riesgo vamos a poner el ejemplo de lo sucedido en las elecciones americanas. Antes de las elecciones americanas tenía en mente una subida de tipos ciertamente moderada pero tras la victoria de Trump esperamos un mayor déficit fiscal por que añade puntos adicionales al PIB durante los próximos años lo que suponga una subida probablemente más agresiva.
Intentando hacer una apróximación a la deuda europea, el escenario más probable es que el BCE extienda el programa de compras pero reduciendo de manera gradual su tamaño y que el mayor crecimiento en Estados Unidos beneficie la economía europea dado su carácter exportador.
¿Y que te parece si añadimos un poco de picante a la cartera?. Seguimos con las oportunidades que nos puede brindar el seños Trump. Buscamos crédito y high yield. Para el primero ,echando un ojo a los spreads sobre los bonos americanos podemos ver rentabilidades atractivas en un sector como el industrial y más si cabe con el aumento de inversión y bajada de impuestos prevista. Para los bonos de alto rendimiento podemos fijarnos en un sector muy castigado como el de energía que también se verá beneficiado por las políticas del nuevo inquilino de la casa blanca.
Si nos vamos a la deuda emergente, la ampliación de los spreads en dólares pueden ser atractivos para los rendimientos de algunos países sobretodo por que la mayor parte de la deuda de estos países esta denominada en moneda local, con lo que estos países tienen un mayor margen para depreciar sus monedas y mantener su rating.
En resumen, como la gran mayoría de las cosas lo que sirve para hoy quizás no sirva para dentro de unos meses y más en lo relacionado con los mercados en los últimos tiempos. Los acontecimientos se suceden y la forma de gestionar determinados activos como la renta fija han evolucionado. Con unos tipos tan bajos debemos buscar valor en este tipo de activos buscando un enfoque más global, mayor flexibilidad y un control exhaustivo del riesgo teniendo muy en cuenta las duraciones.
Javier Flórez
@FlorezJav