En la búsqueda por ser cada día mejor inversor me voy dando cuenta de lo difícil
que es obtener rentabilidades superiores a la media y a la vez tan fácil.
Quizás estamos abrumados por el ruido mediático de las ingentes cantidades de
información que recibimos con la sensación de no saber ni por dónde empezar.
Sinceramente querido amigo, trataré de calmar tus grandes miedos hacia la
búsqueda de la alquimia financiera arrojando sentido común y sencillez con algunas reflexiones basadas en mi experiencia.
Muchas veces al invertir pensamos que lo complejo nos acerca en mayor
medida a la obtención de beneficios consistentes. ¿Pero esto es cierto? La
verdad es que somos víctimas de la famosa frase que se nos ha enseñado
toda la vida: lo bueno cuesta trabajo.
Hasta cierto grado, esta idea es cierta, invertir no es un negocio fácil.
Sin embargo, el complicar las cosas de más es en cierto sentido
contraproducente y nos hace perder tiempo (y dinero) al invertir. Generalmente,
una buena tesis de inversión no requiere más de uno o dos catalizadores para
funcionar. Los grandes maestros de la inversión hablan de que la verdadera
complejidad al invertir está en entender estos catalizadores: cómo
afectan a la empresa y a sus consumidores a nivel consciente y
subconsciente, porque al haber muchas variables interactuando se crean efectos
compuestos, al igual que en una reacción química.
A raíz de lo anterior nos surge la gran pregunta de cómo separar lo
complejo de lo sencillo. Como inversores, y por nuestra experiencia laboral o
personal, todos tenemos un círculo de competencia, una industria que conocemos
más que el promedio de las personas. Para maximizar esta ventaja, podemos
empezar investigando y leyendo sobre empresas dentro de estas industrias que
conocemos.
Ya lo decían uno de los magos de Omaha (Charlie
Munger): “Warren y yo solo observamos industrias y compañías en las que
tenemos alguna competencia clave. Todos tienen que hacer lo mismo.
Tenemos una cantidad limitada de tiempo y talento y tenemos que asignarlo
inteligentemente.”
También nos invita a ser honestos con
nosotros mismos y esto para mí es una de las claves: “Debes descubrir cuáles
son tus aptitudes y por ende, tus limitaciones. Si participas en juegos en donde las otras personas tienen
aptitudes y tu no, vas a perder. Y eso es lo más cercano a la certeza como
cualquier predicción que puedas hacer. Tienes que averiguar en dónde tienes una
ventaja, y debes jugarla dentro de tu círculo de competencia.” Y yo añadiría: ser lo suficientemente inteligente para saber
seguir a los que marcan el ritmo. Ya sabes el famoso dicho: “Si no puedes con
el enemigo, únete a él”.
Suena bastante lógico. Pero, ¿qué pasa en la realidad? En muchos aspectos,
el ser humano está programado para confundir la actividad con la productividad.
Al invertir, por ejemplo, creemos que comprando y vendiendo títulos de forma
constante podemos hacer más dinero. Sin embargo, se ha comprobado que en periodos
cortos de tiempo, es difícil distinguir la habilidad de la suerte. Derivado de
lo anterior,los costos de transacción y comisiones neutralizan los rendimientos
de corto plazo ya no te digo en el largo.
Piensen en una empresa que podamos conocer todos. Pongamos AirBnB, la compañía americana de alquiler de casas para estancias breves. En cierto modo es un negocio de lo más sencillo. Si tienes poco potencial de que el
precio baje y mucho de que el precio suba, tienes que hacerlo. Si tienes mucho
potencial de pérdida y poco de que suba, huyes de esa idea. La única vez que
tienes algo de trabajo es cuando tienes mucho potencial de ganar y de perder al
mismo tiempo.” La única manera de reconocer estos potenciales es
analizando empresas en las que realmente entendemos la interacción de variables
en la rentabilidad de la empresa. Nuestro modelo cumple a la perfección todo lo anterior. Dígame si con la creciente demanda de viajeros a nivel global con una inversión relativamente pequeña podemos construir una compañía de pernoctaciones que en apenas ocho años tiene más habitaciones en el mundo que una de las cadenas hoteleras más prestigiosas del mundo como Hilton.
Claramente, el círculo de competencia se puede expandir, pero esto requiere
la humildad para reconocer aquello que no sabemos y la voluntad de aprenderlo
preguntando, leyendo y dedicándole tiempo al tema. Ya lo decía Einstein: " No soy especialmente talentoso, solo soy apasionadamente curioso". Algo parecido me decía hace semanas un gestor de fondos que tiene una gran trayectoria.
Invertir con éxito es complicado pero mucho más fácil de lo que parece y entre otras cosas se requieren:
· La suficiente independencia emocional para ir a tu propio ritmo y no al del
mercado.
· Invertir solo en industrias y empresas en las que entendamos las variables
de la oferta, la demanda y lo que impulsa a sus consumidores a actuar, así como
las ventajas competitivas de las empresas.
· Recordar que el proceso es siempre más importante que el resultado: puedo
tener: 1) un muy mal proceso de decisión y hacer dinero (suerte) o 2) un muy
buen proceso con un mal resultado. ¿Qué es más peligroso en el largo plazo?.
Comprar con un amplio descuento contra el estimado de valor intrínseco,
bajo supuestos conservadores casi siempre trae buenos resultados. Un auténtico must del value investor.
Tener en mente que al invertir no hay puntos extras por descifrar enigmas,
ni entender casos muy complejos. Un caso muy sencillo, pero bien entendido y en
conjunto con un buen proceso de inversión tiene un gran potencial de ser una buena idea de
inversión.
Cuando invertimos dentro de
nuestro círculo de competencia, las cosas se vuelven mucho más sencillas. Lo
único que debemos de hacer es reconocer nuestras limitaciones y ventajas, y
jugar en donde éstas últimas sean mayores. Una de las máximas que debemos
aplicar no sólo en el mundo de la inversión, sino en cualquier ámbito de
nuestra vida, es poner énfasis en aquello en lo que somos realmente buenos y
hacemos bien. No es una tarea sencilla encontrarlo, pero una vez conseguido, la
simplicidad será una de nuestras grandes aliadas.
Javier Flórez
@FlorezJav
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