El mes
de septiembre está repleto de citas de los bancos centrales, ya sabemos que son
los auténticos protagonistas de los mercados financieros desde que la crisis
económica hizo acto de presencia, allá por 2008. Me gustaría hacer una pequeña
reflexión de lo que está suponiendo el monetarismo en los tiempos que corren.
El monetarismo es una vertiente del pensamiento económico que estudia el efecto
de la oferta monetaria sobre el nivel de actividad de una economía. Divagando
un poco sobre la inyección masiva de dinero por parte de los bancos centrales
en la actualidad, me he encontrado un par de gráficos muy interesantes que
muestran el estrepitoso fracaso de estas medidas.
Estos
dos gráficos muestran el fracaso de la teoría monetarista, en su más simple
versión de la identidad M (cantidad de dinero)* V(velocidad del dinero) =P (precios)*
T (producción) cuya aproximación a la realidad se hace muy a la ligera,
cambiando PT por PIB nominal; así, MV = PIBN.
El
fallo de esta identidad es que ni T es el PIB, ni M es directamente dependiente
del balance de Banco Central. Según la teoría, al aumentar el Balance del banco
central, se emite dinero que va directamente al público, que así satisface su súbita
huida de los activos a la liquidez.
Como se
ve en los gráficos, esto no funciona. No funciona porque en medio del proceso
está la banca, que es la que crea dinero al dar créditos. Los gráficos
representan la cantidad de liquidez en circulación en EEUU y en la Zona Euro,
dividido por el volumen del balance de la FED y del BCE. Si la teoría fuera
verdad, al aumentar el balance/emisión del dinero, la relación M3/B debería ser
constante, aproximadamente. Pero vemos que no lo es.
El
dinero en circulación (M2 para EEUU M3 para la Eurozona) no lo crea el banco
central, sino la banca privada al conceder créditos, el famoso sistema de
reserva fraccionada. Esos créditos son la contrapartida fundamental de la M2 y
la M3. El crédito se convierte en depósitos que son la liquidez con la que
funcionamos.
Como advertíamos
al inicio del post desde la crisis, vemos que la potencia de crear dinero de la
base monetaria ha decaído profundamente.Por lo
tanto, algo falta en la ecuación MV = PIBN, algo relacionado con el crédito.
Algo por la parte de la demanda de crédito, que puede verse anulada
por la incertidumbre, o algo por parte de la oferta bancaria, afectada por el mismo
síndrome.
Por
otra parte, sabemos que el crédito al sector público no ha tenido problemas, ha
seguido aumentando, porque casi nadie se plantea ni remotamente que EEUU pueda
hacer default.
Eso sí
que se pensó del Euro en 2012, cuando la crisis de los bonos: algunos países
fueron puestos en duda de su capacidad de recaudar suficientes impuestos para
pagar sus deudas. Pero eso lo arregló Draghi con unas palabrejas. En cuanto
Draghi garantizó que ningún acreedor en euros se quedaría sin cobrar, obró el
milagro de desinflar la crisis y rebajar las primas de riesgo a niveles
normales, algo que el gobierno se adjudicó a mérito propio. A todas luces
falso, pero eso es harina de otro costal que diría el refranero.
En todo
caso, el sector público tiene la potencia suficiente para aumentar el crédito y
la liquidez, cosa que impide la ideología del austericidio, sino, ¿qué les
parece el nivel de deuda de nuestra querida España desde 2011 pero de eso ya
hemos hablado suficiente. Vean el gráfico. No hace falta decir mucho más.
Por tanto, el uso de la
creación de dinero como una patada hacia delante quizás haya llegado a un punto
de saturación que debe ser profundamente revisado. Los bancos no pueden soplar
y sorber a la vez, es decir, dar crédito con regulaciones cada más exigentes y
los estados deben hacer sus deberes, la próxima burbuja is coming y esta vez va
de renta fija, sin jugar a ser adivino ya lo tratamos en uno de nuestros post
de la semana pasada.
Javier Flórez
@FlórezJav