Mucha gente me ha preguntado por el billete verde en las últimas semanas y
me gustaría aportar mi visión sobre los factores que pueden influir en la
evolución de la divisa americana.
No hay duda que las divergencias en
política monetaria de los principales bancos centrales deberían fortalecer el dólar con implicaciones
directas y notables en cualquier mercado
y tipología de activos. Durante el último año y medio, hemos visto una
fuerte corrección de las materias primas, las divisas de los países emergentes,
incremento de los diferenciales de crédito,
mayor aversión al riesgo en los principales mercados y señales
alarmantes de una desaceleración de la economía global.
Respecto a las divergencias de los bancos centrales, se puede observar que este hecho tiene un efecto limitado, desde octubre de 2014 que la FED dejó de aumentar su balance hemos visto como las condiciones financieras en Estados Unidos se han endurecido sobremanera de la misma forma que el dólar se ha apreciado. ¿Y en qué me baso para decir que tenemos unas condiciones más restrictivas?: una forma bastante seguida por el mercado americano es el Goldman Sachs financial conditions index que es un índice que pondera una serie de factores como la evolución del dólar, el rendimiento de la renta fija, los spreads de crédito y el precio de la renta variable.
No sería difícil de imaginar un
nuevo repunte de la divisa yanqui entre el 10-15% causada por las políticas
acomodaticias de los bancos centrales como el Banco Central Europeo, el Banco
de Japón o el Banco Popular chino unida a su vez a la propia subida de tipos de
la FED.
Tenemos varios factores que
indican que el dólar podría apreciarse en los próximos meses.
La propia subida de tipos de la Fed,
el QE del BCE, la expansión monetaria en Japón, la depreciación de la moneda china
permitida por su banco central y la salida
de capitales de los países emergentes que alimenta la aversión al riesgo
generando el tan famoso “high to quality”.
¿Qué pasará con el EUR/USD?
El BCE tiene todavía un duro trabajo por delante, su principal mandato es
la estabilidad de precios, es decir, llevar la inflación al famoso 2%. Como
podemos ver en el gráfico abajo, la inflación
subyacente se sitúa en el 0,9% y el índice general está rozando la deflación
alcanzando el 0,1%.
Draghi no es sospechoso de engañar al mercado, y una de sus máximas es ser
lo más explícito posible en sus medidas. El organismo europeo hará todo lo que sea necesario para elevar la
inflación, ya lo dijo en 2012, recuerden “whatever it takes” . Lo anterior
toma más fuerza si nos fijamos en el balance
del BCE situándose por debajo de sus
máximos precisamente de 2012, lo que le da un margen de actuación al
respecto.
Las medidas del BCE la semana pasada han decepcionado al mercado, el Euro
había corregido hasta el 1,05 anticipando mayores medidas por parte del BCE y
tras las medidas mostró una corrección al alza hasta 1,08. Recuerden: los
intereses de los depósitos que cobra el BCE a los bancos los situó en el -% 0,3
desde el -0,2% anterior y amplió 6 meses el programa de compra de activos hasta
Marzo de 2017. Los mercados esperaban un
incremento en este sentido. La postura de Draghi es guardarse algunas balas en
la recamara.
En la medida que una apreciación del dólar y unas condiciones
financieras más restrictivas provoquen cierta desaceleración en la economía
americana podríamos ver un posible QE4.
Ante un evento de pánico, el dólar funciona como activo refugio como
ya sucedió en 2008 para después
comenzar a caer.
Fuente: Bolsamanía
En resumen, como ya anticipamos en
nuestro artículo, Pedro Yellen y el lobo de los tipos, la FED
subirá seguramente tipos en la reunión de la semana que viene. Como hemos argumentado en el
post, lo anterior junto con las políticas acomodaticias de los bancos centrales
de las principales áreas económicas debería presionar al alza el dólar sin descartar
una inyección monetaria (QE4) si la economía americana perdiese tracción.
Javier Flórez
Twitter:@FlorezJav
Javier Flórez
Twitter:@FlorezJav