ÉL petróleo continúa siendo uno de los puntos calientes en los últimos
tiempos debido evidentemente a su importancia geoestratégica en el mundo. El debate central se basa en el nivel de producción de los países que
pertenecen al cártel de la OPEC (Organización de países exportadores de
petróleo) que controla el 40% de la producción
mundial y el 60% total de
exportaciones de crudo a nivel global.
Source: US energy information
administration
Pero a veces las cosas no salen como planeas y la OPEC puede pagar un
precio más elevado que el inicialmente planteado y aunque la producción en Estados Unidos ha comenzado a descender,
está mostrando una gran resistencia a
estas tensiones.
Algo que añade más leña al fuego, es la situación de Irán, después de la larga travesía en el desierto debido a las
sanciones internacionales, planea incrementar
su producción en 1 millón barriles al día en los próximos 6 meses.
Está situación golpea duramente a
los países exportadores de crudo, ya que por ejemplo para Arabia
Saudí supone el 88% de sus ingresos fiscales y prevé un déficit para 2015 de al menos 145 mil millones de $ lo que
supone el 20% de su PIB. A pesar de la situación, el país árabe se mantiene sólido, debido a sus reservas
de divisas, con el riesgo en el
medio plazo (5 años de acuerdo con el FMI) de
agotar sus reservas si continúa subvencionando los servicios públicos en un
contexto de bajos precios del petróleo.
Otros miembros de la OPEC, como Venezuela y Nigeria están en una situación
más comprometida, junto con Irán son los más reticentes a la situación actual. Venezuela está abocado a negociar con los países que están fuera de la OPEC buscando
un equilibrio soportable alrededor
de 70 €/barril. El régimen chavista necesita un fuerte impulso
económico con unas elecciones a la vuelta de la esquina en la que su
reelección está fuertemente comprometida después de 17 años dirigiendo el país.
Del mismo modo, para Nigeria los
ingresos del de petróleo suponen el 35 %
de su PIB y se han desplomado un 67%
desde octubre del 2014. Como consecuencia de ello la moneda local, Naira, se ha depreciado un 25% y las reservas en divisas
han caído más del 20%, esto ha generado una mayor desestabilización en un
país ya de por sí inestable políticamente.
La cuestión se centra en cuanto podrá aguantar Arabia Saudí con la presión de los rebeldes dentro de la propia
OPEC y como ejercerá su función de líder
informal para sofocar las urgencias de sus miembros.
Algunas estimaciones, como Goldman Sachs’, sitúan el precio del crudo en 20$
en los próximos 12 meses si continúa la débil demanda en China y el incremento
de inventarios que se sitúan en niveles récord.
En el largo plazo, los productores de la OPEC debido a la estructura de sus economías, muy poco
diversificadas, están destinados a
entrar en esta guerra. De todos modos, la producción en Estados Unidos es muy probable que continúe
elevada debido a la alta adaptabilidad
de la tecnología y la disposición del sector bancario americano
a financiarlo.
Para concluir, la actual situación
deja a la OPEC y sus miembros en una encrucijada entre recortar producción o
incrementar gradualmente las quiebras manteniendo la actual situación. De todos
modos, los bajos niveles de precios se mantendrán algún tiempo, y los
productores de la OPEC deberán mover ficha. La duda surge si se lo podrán
permitir sin causar auténticos seísmos políticos en el camino.
Javier Flórez
Twitter:@FlorezJav